El suflé de jamón y queso es una receta más sencilla de lo que parece. No requiere de mucho tiempo y podemos adaptarla a nuestros gustos y necesidades fácilmente
El suflé de jamón y queso es una preparación típica de la gastronomía francesa cuyos ingredientes principales son huevos y lácteos. En francés la grafía vendría a ser soufflé, que significa ‘inflado’ o ‘soplado’. De hecho, esto hace referencia al aumento que experimenta la masa al hornearse y que desciende, poco a poco, una vez servida.
Se trata de una comida que puede ser tanto dulce como salada, ya que admite diversos ingredientes y combinaciones. Así, hay suflés vegetales, de pescado, de mariscos, de chocolate, de caramelo, de frutas, etcétera. La siguiente receta contiene jamón y queso, dos ingredientes ricos en proteínas que, de seguro, te aportarán un buen nivel de energía.
Suflé de jamón y queso, una receta muy fácil de preparar
Para preparar este suflé no hace falta ser un experto culinario, así que no te des por vencido antes de intentarlo.
Las técnicas que se deben llevar a cabo son muy simples. Al final, lo que se debe conseguir durante la cocción en el horno es una textura suave y una cobertura inflada de color dorado. Cabe destacar que, algunas veces, la cobertura se tuesta un poco más de lo que nos gustaría. Esto es completamente normal.
Lo importante es que te des la oportunidad de preparar este delicioso alimento que no solo te saciará, sino que te dejará un muy buen sabor de boca. Tanto como para repetir. Asimismo, queremos recomendarte que lo acompañes por un guarnición de ensalada de betabel en caso de que lo sirvas en un almuerzo. ¡Te encantará!
Ingredientes
El suflé de jamón y queso es una comida realmente exquisita y cuyos ingredientes pueden ajustarse a nuestros gustos; por ejemplo, se puede variar el tipo de queso o combinar dos tipos en un mismo suflé. Por otra parte, se le puede añadir el jamón york o bien, jamón de pavo, aunque también admite tocineta. En la receta que vamos a compartirte, utilizaremos jamón york.
7 huevos
½ taza de mantequilla (100 g)
2 vasos de leche (400 ml)
2 cucharadas de harina (20 g)
1 taza de queso gruyer (200 g)
2 bandejas de jamón york (200 g)
Condimentos: sal y pimienta
Opcional: hierbas provenzales
Preparación
En primer lugar, procede a rallar el queso gruyer. Reserva en un plato.
Pon a precalentar el horno a 200 ºC.
En una olla, funde la mantequilla. Una vez la tengas lista, añade las dos cucharadas de harina. No olvides que hay que remover constantemente para que no se hagan grumos.
Poco a poco, vierte la leche en la olla. Continúa removiéndolo todo para que se mezclen bien todos los ingredientes.
Aparte, trocea el jamón tanto como puedas. Al terminar, deberás mezclarlo con el queso gruyer rallado.
A continuación, salpimenta la mezcla de jamón y el queso.
Separa las yemas de las claras ymóntalas con ayuda de una espátula. Este paso es muy importante, ya que es lo que ayuda a que el suflé adquiera cuerpo. Ojo, las claras deben estar a punto de nieve.
Añade las yemas a la mezcla de mantequilla y harina, luego las claras y finalmente, el jamón y el queso.
Se debe remover de forma envolvente para que los ingredientes se distribuyan de manera uniforme.
Engrasa el molde para suflé y vierte la mezcla completa caliente.
Llévalo al horno por unos 40-45 minutos. Conforme pase el tiempo, el suflé de jamón y queso irá adquiriendo un tono cada vez más dorado y comenzará a desprender un aroma muy agradable.
Una vez se extraiga del horno, se puede decorar con hierbas provenzales y se sirve inmediatamente.
Últimas consideraciones
El suflé de jamón y queso puede servirse como un primer o como un segundo plato. Cabe destacar que la receta que acabas de mirar puede alcanzar para un total de tres o cuatro comensales. Por supuesto, si el número de comensales varía, deberás hacer los ajustes de manera proporcional.
Aunque esta receta puede prescindir del jamón para adaptarse a las dietas vegetarianas, no llega a ser apta para veganos porque contiene varios productos derivados de animales. Para lograr una adaptación vegana, sustituye los huevos por harina de garbanzos. Los demás derivados lácteos se pueden sustituir por tofu o nata vegetal.
Un buen sustituto para el jamón puede ser la soja texturizada o bien, unos champiñones. Todo dependerá de nuestro gusto.
