Muchas veces no nos detenemos a pensar en lo importante que es tener una buena salud mental. Esto hace que no nos preocupemos por ella y que no la cuidemos como debiéramos. Todo esto puede tener algunas consecuencias como, por ejemplo, la imposibilidad de tener relaciones saludables.
Hoy vamos a ver cómo tener una buena salud mental repercute de una manera significativa en nuestra vida diaria. Quizás, de esta manera, empecemos a tomar algunas medidas para que, con el tiempo, el riesgo de tener determinados problemas psicológicos sea menor.
Reducir el estrés o practicar mindfulness nos puede ayudar a gestionar y eliminar muchas de las preocupaciones que nos pueden atormentar. Estas acciones pueden llegar a ser indispensables para tener una buena salud mental.
Favorece el equilibrio psicológico y social

Tener una buena salud mental es importante para disfrutar de un equilibrio tanto en nuestra relación con nosotros mismos, como la que mantenemos con los demás. En el caso de que esto no sea así, tendremos diferentes problemas.
Por ejemplo, puede que estallemos sin motivo alguno. No sabremos gestionar nuestras emociones de manera saludable, lo que nos ocasionará problemas tanto con nosotros mismos como con el exterior.
Este malestar no se hará esperar y nos sentiremos muy mal, como si una parte de nuestra vida cojeara. Acudir a un psicólogo puede ser muy positivo para resolver o buscar soluciones a todo aquello que nos está generando este desequilibrio.
Relaciones saludables y enriquecedoras
Tener una buena salud mental nos garantiza tener unas relaciones saludables y enriquecedoras. Cultivar las relaciones que tenemos con los demás es algo indispensable para sentirnos bien con nosotros mismos, ya que somos seres sociales.
En el caso de que no disfrutemos de una buena salud mental, no tendremos lo que se conoce como sentido de integración. Nos sentiremos aislados de los demás, que no encajamos con nadie y esto nos llevará a sentirnos solos.
Puede que lleguemos a buscar el aislamiento ya que no conseguimos encajar con los demás. Sin embargo, al mismo tiempo tampoco no nos soportamos a nosotros mismos.
Gestión del estrés
El estrés puede llevarnos a no tener una buena salud mental. Hay personas que, como no le ponen punto final a esto, viven con estrés toda su vida, provocando que este se vuelva crónico. Esto no es nada bueno para nosotros.
Una buena gestión del estrés nos va a ayudar a ser más productivos, a soportar la presión y a no frustrarnos con tanta frecuencia. Esto mejorará nuestro estado de ánimo y nos hará sentir mucho mejor.
Mantiene la ansiedad alejada

Muchas veces, el estrés se transforma en ansiedad. Esto es una señal de alerta de que hay algo que nos afecta de manera profunda y que estamos ignorando gravemente.
Tener una buena salud mental nos ayuda a tomar perspectiva. Así podremos evitar que ciertas situaciones o circunstancias pasadas nos sigan torturando en el presente.
Afrontar las presiones
Tener una buena salud mental también nos ayuda a afrontar las presiones. Seremos mentalmente más fuertes y, por tanto, disfrutaremos de una mayor autoestima.
Hoy día, mejorar la autoestima es muy necesario para no venirnos abajo ante cualquier crítica o presión. La confianza en nosotros mismos es esencial y esto es algo que nos puede aportar una buena salud mental.
Aleja las enfermedades físicas y psicológicas
Cuando sufrimos ansiedad o estrés es muy habitual somatizar las emociones. Por este motivo, tener una buena salud mental nos va a ayudar a disfrutar de una mejor salud física.
Pero, no solo esto, sino que en donde más repercutirá será en nuestra salud mental. Ahora, llegados a este punto, seguro que nos surge una pregunta. ¿Cómo podemos tener una buena salud mental? Las opciones que tenemos son diversas y, como ya hemos indicado, entre ellas se encuentran como pioneras la meditación o el mindfulness.
Este tipo de prácticas nos ayudan a disfrutar de una mayor paz mental. Así seremos capaces de relativizar los problemas y reduciremos de manera drástica el estrés y la ansiedad.
No obstante, para disfrutar de una buena salud mental es indispensable que nos pongamos en manos de un profesional. No siempre tenemos que tener un problema o estar mal para ir al psicólogo. Este nos puede dotar de determinadas herramientas para mejorar en diversos aspectos de nuestra vida.