¿Leche de vaca o no? En la bibliografía científica al respecto podemos encontrar tanto defensores como detractores…
Si eres de los que no saben a qué grupo pertenecer, quizás primero debieras saber un poco más sobre los diferentes tipos de leche. Las hay tanto de origen animal como de origen vegetal.
En este artículo te contamos cuál es la mejor leche que podrías consumir.
Tipos de leche de vaca
Comenzaremos por la más conocida. La leche de vaca la hemos consumido durante la niñez, la adolescencia y en muchos casos continuamos bebiéndola cuando ya somos adultos. Aporta proteínas, hidratos de carbono y grasa.
Incluso cuando no todos los adultos toman leche en el desayuno o la merienda, sí que consumen lácteos como el yogur, la nata o la mantequilla. Además, la leche de vaca también está presente en ciertas preparaciones como, por ejemplo, el helado, los pasteles o las cremas.
Cada persona tiene una asimilación diferente de los componentes de la leche y, por lo tanto, la industria alimentaria ha intervenido para ofrecer en el mercado derivados, cada uno con características propias.
Para poder elegir qué tipo de leche de vaca consumir o emplear en la preparación de platos es preciso tener en cuenta:
- Edad
- Nivel de actividad física
- Gasto energético
- Estado de salud
- Disponibilidad económica
- Capacidad de digestión
- Requerimientos de nutrientes
Los diferentes tipos de leche que podemos comprar en el mercado son:
Leche entera

Contiene gran cantidad de grasa y para la mayoría es la que tiene el mejor sabor. El porcentaje de colesterol es el más elevado en relación a otros tipos de leche. Suele ser consumida por:
- Niños
- Adolescentes en etapa de desarrollo
- Mujeres con una rutina deportiva intensa
- Mujeres embarazadas
- Deportistas en general
Leche semidesnatada
También llamada semidescremada, su característica principal es que se ha eliminado parcialmente su contenido graso original. Es decir, es la misma leche entera, pero un poco más liviana, con sabor menos intenso.
Puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares. Se recomienda a:
- Niños con tendencia a sobrepeso
- Mayores de 25 años
Leche desnatada

También llamada descremada. Tiene casi la misma composición nutricional que la leche entera, pero sin grasa. Aporta vitaminas, proteínas y minerales. Se aconseja para:
- Personas con colesterol elevado
- Pacientes con problemas gástricos
- Obesos o con sobrepeso
- Para los que siguen una dieta para adelgazar
- Consumidores de leche en grandes cantidades
Leche deslactosada
Este tipo de leche es la que consumen los adultos con intolerancia a la lactosa (el 33% de la población mayor de 25 años) y por ello es más fácil de digerir. Sin embargo, mantiene la grasa de la leche entera.
Se dice que fortalece los huesos, por lo que también es ideal para adultos mayores.
Leche light

No es lo mismo que la leche desnatada. En este caso se reduce la grasa casi en un 40% y, por lo tanto, proporciona cerca de la mitad de calorías que la leche entera. Ayuda a reducir los niveles de colesterol y azúcar en sangre y a bajar de peso.
Leche con Omega 3
Ha sido diseñada para prevenir problemas cardiovasculares. Se le añade un ácido graso linoleico con una gran cantidad de beneficios. Algunos de los más destacados son:
- Desarrollo visual y neuronal
- Antiinflamatorio
- Reducción de insulina
- Regulación de presión arterial
Esta leche se recomienda a personas mayores de 65 años y pacientes propensos a sufrir patologías cardíacas.
Leche fortificada
Cuenta con mayor dosis de minerales (sobre todo, zinc y hierro). Si bien fue creada para los niños con deficiencias alimenticias o en sus primeras etapas de crecimiento, también se aconseja su consumo a personas con anemia.
Tipos de leches vegetales
Para poder elegir qué leche consumir debemos saber que, además de la de vaca, existen otras alternativas. En muchos lugares se consume leche de origen animal procedente de animales diferentes a la vaca (leche de cabra, oveja o burra). Pero, además, también podemos aprovechar los beneficios de las leches vegetales.
Si quieres empezar a consumir este tipo de bebida puedes optar por la que más te guste o la que te aporte mayores ventajas. Las opciones son:
Leche de soja

Tras la leche de vaca, es seguramente la más popular. Su color blanco amarillento y sus propiedades la convierten en una alternativa vegetal para los que no consumen productos de origen animal.
Además, tiene la misma cantidad de proteínas que la leche entera, pero menos calorías. Es rica en calcio y tiene una consistencia similar a las leches animales.
Leche de arroz
Es de las más asequibles debido a que este cereal puede adquirise de forma fácil y económica. Uno de los aspectos negativos es su bajo contenido en proteínas y, aunque sus grasas son insaturadas, aporta el doble de carbohidratos que la leche de vaca.
Otra de las desventajas es que no contiene calcio, ni tampoco vitaminas A y C.
Leche de avena

Se prepara con copos de avena, aceite de colza y agua. En cuanto a calorías, es similar a la leche que compramos en el mercado. En relación a la grasa, su aporte es similar al de la leche desnatada.
Sin embargo, no contiene calcio, pero sí fibras, hierro y ácido fólico.
Leche de trigo
Tiene igual cantidad de grasas que una leche desnatada, pero en su mayoría son insaturadas. Es más rica en carbohidratos. Está desaconsejada para los celíacos por su alto contenido en gluten. No aporta calcio.
Leche de almendras

Tiene una consistencia similar a la leche de vaca y se prepara con almendras molidas. Su contenido proteico es muy bajo y sus niveles de grasa se asemejan a una leche desnatada. Si bien este fruto seco aporta mucho calcio, no ocurre lo mismo con su bebida.
Es un buen sustituto para quienes no quieren consumir soja.
Leche de lino
Se prepara con el aceite del cereal y no con sus semillas. Es rica en ácidos grasos Omega 3 y grasas poliinsaturadas. Es una excelente alternativa para los veganos.
Leche de coco

Se prepara con la pulpa del fruto y no es lo mismo que el agua de coco (el líquido que hay en el interior). Es bastante calórica, proteica y grasosa, pero baja en calcio. Lo bueno es que no tiene lactosa ni gluten, aporta poco colesterol y su grasa es fácil de digerir.
Leche de avellanas
Parecida a la de almendras, tiene pocas proteínas y grasas. En relación a los carbohidratos aporta lo mismo que la leche entera. No contiene calcio.