Seguramente uno de los propósitos de año nuevo que más se repiten es perder peso. Se trata de un objetivo que la mayoría de las personas nos hemos marcado alguna vez en la vida, la mayoría de las veces, de forma poco fructífera por diversos motivos.
Si queremos adelgazar de manera eficaz, sobre todo si se trata de perder varios kilos, es indispensable ponernos en manos de un profesional, un dietista o un endocrinólogo, que elaborará una dieta individualizada.
Para ello, nos hará preguntas para conocer nuestros hábitos dietéticos, horarios, ejercicio que realizamos, gustos culinarios, etc., unas pruebas para determinar nuestro índice de masa corporal y cantidad de grasa y unos análisis para saber si debe tener en cuenta otras patologías a la hora de elaborar la dieta.
¿Qué debemos saber antes de empezar una dieta?
– Hacer cinco comidas al día.
– Practicar ejercicio para consumir más calorías y para evitar, cuando empecemos a perder peso, la flacidez de la piel.
– Nunca debemos hacer una dieta que nos ha pasado un conocido pues ya hemos dicho que la dieta debe ser individualizada.
– Nunca hacer dietas de las llamadas milagro, que prometen perder mucho peso en pocos días, pues siempre se recuperan. Y especialmente peligrosas son aquellas que nos indican que comamos un único alimento o que suprimamos totalmente otros grupos, como las que prohíben totalmente los azúcares, pueden tener efectos perjudiciales graves para nuestra salud y siempre tienen efecto rebote.
– Nunca debemos pesarnos a diario, una vez a la semana o cada 15 días, siempre por la mañana y el mismo día de la semana. De esta manera evitaremos obsesionarnos con nuestro peso.
– Las primeras semanas, la pérdida es mucho más rápida y, a medida que nos acercamos a nuestro objetivo, los kilos cuestan más. Esto se debe a que en este punto lo que se pierde es grasa, cuya pérdida es más lenta pero es mucho más efectiva.
Pautas básicas de una dieta para adelgazar de manera eficaz
Si lo que queremos es perder unos pocos kilos, hay unas recomendaciones básicas comunes a todas las dietas.
Se recomienda comer abundantes frutas y vegetales crudos, en especial a mitad de la mañana, en la merienda o cuando nos entre hambre entre horas, así evitaremos el consumo de otros alimentos más calóricos y con más grasas habituales en esas comidas.
Se pueden comer todos los vegetales, crudos o hervidos, excepto patatas, zanahorias y legumbres. Deberemos tomar una ración en la comida y otra en la cena.
La carne deberá ser libre de grasa, pollo, pavo o ternera y podremos tomar cualquier pescado. En la comida tomaremos una ración de carne o pescado y otra en la cena.
Los caldos y purés están permitidos siempre que sean de verduras o eliminemos la grasa si son de carne.
Los lácteos serán desnatados y el azúcar se debe sustituir por edulcorante.
Se debe beber abundante agua y suprimir el consumo de bebidas gaseosas, alcohólicas y zumos envasados. El café y el té están permitidos.
Todos estos consejos son orientativos; cualquier dieta debe ser supervisada por un profesional.
