Revisando el calendario, resulta que el sistema X de Fujifilm va camino de cumplir la media década. Cinco años en los que la firma ha sabido establecerse como una referencia en el mundo de las cámaras sin espejo con modelos tan exitosos como la X-T1. Y es que tras una primera hornada de cámaras más cuadriculadas, parece que el clasicismo réflex es el que –curiosamente- más triunfa en este nuevo segmento.

Fujifilm X-T10: fórmula X concentrada
Probamos la nueva alternativa asequible y más compacta de la X-T1 [vídeo ya publicado en mayo de 2015]
El objetivo con la X-T10 estaba claro: ofrecer el diseño y el estilo de la X-T1 en un formato más reducido. Algo que ha implicado ciertos sacrificios en el apartado de las prestaciones pero que se ha llevado muy bien en el terreno del diseño. Y es que a primera vista, y siempre dejando cierto margen para las opiniones de cada uno, hay que reconocer que la X-T10 es una cámara bonita, bien rematada y que sienta bien entre las manos.
Algo más pequeña y ligera que su hermana mayor, la primera sensación puede ser de cierta debilidad por el peso controlado, pero rápidamente nos acostumbramos a ello y nos damos cuento de que no hay espacio para el plástico malo y barato. Y si lo hay, está suficientemente bien disimulado.






Pese a la ligera reducción en tamaño y peso, la X-T10 está bien rematada y sienta bien entre las manos

No obstante es verdad que la X-T10 se deja por el camino el cuerpo sellado de la X-T1, con lo que habrá que olvidarse de salir a fotografiar bajo la lluvia. Sin duda este es el punto más débil en cuanto a la construcción, aunque es verdad que en este segmento de precios no es algo común.
Los diales de dimensiones generosas en la parte superior siguen siendo una señal de identidad pese a la reducción del tamaño. Hay uno para las velocidades de obturación, otro para la compensación y un tercero para los modos de disparo en ráfaga. Como guiño a los usuarios que busquen diseño clásico pero no quieran complicarse mucho, un interruptor junto a la rueda de velocidades permite seleccionar el modo automático para que la cámara elija la exposición correcta.

La X-T10 conserva el buen diseño de su hermana mayor, con grandes diales en su parte superior, pero pierde el sellado
Un par de detalles interesantes respecto a la velocidad de disparo. Puesto que la rueda solo ofrece pasos completos, podemos seleccionar los ajustes intermedios con otra rueda -algo pequeña- situada a la altura del pulgar. La X-T10, por cierto, cuenta con un obturador electrónico para cuando los 1/4.000 segundos se queden cortos y necesitemos llegar a 1/32.000.
Por cierto, la X-T10 se olvida del conector para flashes externos, pero a cambio ofrece un flash integrado en su cuerpo, a diferencia de la X-T1. La tarjeta de la batería, en este caso, pasa de un compartimento propio en el lateral –como nos gusta- al de la batería en la base de la cámara. Batería que, por cierto, con apenas 350 disparos sin usar el vídeo se nos ha quedado algo corta en comparación con lo que ofrecen las réflex de este mismo segmento y precio.
El sellado del cuerpo no es la única diferencia entre la X-T10 y la X-T1, aunque posiblemente centrar sus prestaciones en esta comparación no sea del todo justo. Hablamos de segmentos y precios diferentes, con lo que esta Fujifilm tiene que enfrentarse a modelos de su categoría como la Olympus E-M10 Mark II, por citar un ejemplo reciente. O la Nikon D5500, si estamos dispuestos a saltar fronteras de espejos.
La X-T10 comparte con la X-T1 un visor OLED con una resolución de casi 2,4 millones de puntos, pero varían su tamaño y magnificación. Aun así, queda en muy buen lugar en cuanto a refresco y calidad

La pantalla abatible de 3 pulgadas reduce su resolución ligeramente por debajo del millón de puntos y sigue sin ofrecer control táctil. Algo a lo que comenzamos a acostumbrarnos peligrosamente y echamos en falta en las cámaras que no lo ofrecen. Da igual que lo usemos más o menos (para el enfoque, insistimos, es muy cómodo), pero siempre está bien tenerlo a mano.

Pese al mejorado autofoco, este sigue sin estar a la altura del que ofrecen otras marcas cuando las cosas se complican
Hablando del enfoque, la X-T10 adelantó por la derecha a su hermana mayor estrenando un sistema de autofoco mejorado que, eso sí, luego llegó a la X-T1 mediante una actualización de firmware. El enfoque automático nunca ha sido el mejor valor de las X de Fujifilm, al menos si se compara con la competencia, así que bienvenida sea esta puesta al día de su sistema híbrido que combina el enfoque por contraste con 15 puntos de diferencia de fase y el sistema tradicional de las SLR.
Además de añadir dos nuevos modos de ajuste de las zonas de enfoque, la mejora en el comportamiento de este mecanismo es apreciable tanto en velocidad como en precisión y capacidad para dar con un punto de foco en situaciones de muy poca luz. No obstante sigue sin estar a la altura de los modelos de otras marcas cuando las cosas se complican o cuando hay que seguir un sujeto en movimiento mediante enfoque continuo.







Respecto a la velocidad de disparo en ráfaga, la X-T10 pone sobre la mesa unos más que notables 8 fotogramas por segundo, compatibles además con el modo de enfoque continuo, aunque solo los 15 puntos centrales permanecen activos. En cualquier caso, esa ráfaga tiene algo de trampa, porque solo se mantiene durante un segundo a esa velocidad, pasando después a una cadencia terriblemente lenta si no levantamos el dedo del disparador.
La única solución para poder alargar la ráfaga será trabajar a 3 fotogramas por segundo. En este modo el disparo en JPEG es ilimitado, pero en RAW apenas es posible llegar a 10 imágenes seguidas. Sin duda el buffer ha sido otra de las víctimas de los recortes aplicados
Nos consta que algunos profesionales no acaban de estar del todo convencidos con los captores X-Trans de Fujifilm cuando sacan la lupa y comparan el rendimiento de color con los primeros sensores usados por esta familia. Pero para el resto de usuarios lo cierto es que la firma ha conseguido un buen equilibrio a la hora de aprovechar sus CMOS de tamaño APS-C para ofrecer una excelente calidad de imagen.
Hay que recordar que la compañía fue de las primeras en eliminar el filtro de paso bajo para ofrecer así un plus de detalle, mientras que la estructura de estos sensores X-Trans reducía el riesgo de muaré y otros artefactos.
Los resultados son casi idénticos a los de la X-T1 y pueden competir con los obtenidos por otros sensores APS-C más modernos en cuanto a rango dinámico y ruido
La X-T10 se presenta sin novedades en este terreno y echa mano de un viejo conocido del escaparate que, pese a la edad, mantiene muy bien el tipo en lo que respecta a rango dinámico, nivel de detalle y control del ruido con ajustes hasta 51.000 ISO, aunque si trabajamos en RAW la cifra se reduce a unos escasos 6.400 ISO.
Con unos resultados prácticamente idénticos a los de la X-T1 (se nota que comparten captor), la pequeña X también puede competir sin problemas con otros sensores APS-C más modernos en cuanto a rango dinámico y ruido, aunque es verdad que los de 24 megapíxeles que usan la mayoría de competidores tienen a su favor ese plus de resolución que en algunas ocasiones puede ser útil.
En cualquier caso, pocos peros se le pueden poner a la X-T10 en cuanto a calidad de imagen. Más aún si tenemos en cuenta que los JPEG directos que brinda son realmente buenos y que, como siempre, Fujifilm ofrece una amplia gama de filtros de color para simular película que pueden ser una buena opción para olvidarnos del ordenador y dejar las fotos ya listas en la cámara.
Eso sí, el vídeo sigue siendo la asignatura pendiente de esta y todas las cámaras de la familia. Es algo que está ahí y se ofrece con unas prestaciones más o menos decentes (Full HD a 50p, 25p y 24p, entrada de 2,5 milímetros para micrófono externo…), pero da la sensación de que todo el mundo (la propia compañía y sus usuarios) lo ven como una prestación que rara vez se va a utilizar. La X-T10 es una magnífica y bonita cámara de fotos en la que el vídeo es un invitado muy secundario.
Desgranadas las prestaciones y el rendimiento de la cámara, queda muy claro cuáles son las diferencias que separan a la X-T10 de la X-T1 y por tanto lo que hará que un usuario se decida por una u otra. Con la misma calidad de imagen y un diseño similar, si el precio y el tamaño están a favor de la X-T10, quienes necesiten más velocidad o un cuerpo sellado tendrán que apostar por la X-T1.
Vista por separado, sin embargo, la X-T10 cumple a la perfección nuestras exigencias para hablar de una pequeña gran cámara. Sus prestaciones, sin ser punteras en ningún aspecto (también ofrece Wi-Fi, por cierto), son completas y están a la altura de lo esperado, con una calidad de imagen excelente, un diseño de los más bonitos de su segmento y un tamaño y un precio muy apetecibles. Si a todo ello le sumamos la interesante gama de ópticas para la montura Fujifilm X, estamos ante un cuerpo que por menos de 700 euros no dudaríamos en recomendar.

Su equilibrio entre precio, calidad, diseño y gama óptica hacen de ella una opción muy interesante para los que quieren una cámara buena y bonita
Eso sí, antes habría que darse una vuelta por el escaparte de la competencia. Porque por ese mismo precio la nueva Olympus E-M10 Mark II también ofrece un diseño atractivo, un tamaño compacto, calidad de imagen y un estupendo estabilizador integrado que resulta de gran ayuda en las tomas de vídeo a mano.
No obstante, quienes piensen en el vídeo y en un diseño menos clásico, las Canon EOS 750Dy Nikon D5500 también ofrecen un gran equilibrio en este terreno por el mismo precio. ¿Demasiado grandes? La ya veterana Sony A6000 es rápida, pequeña y ofrece un gran rendimiento en foto y vídeo. Aunque si se trata de vídeo, la resolución 4K de la Panasonic Lumix DMC-G7, con un precio similar al de esta X-T10, es imbatible.
Opciones no faltan a la hora de buscarle competencia a esta X-T10. Pero pese a ello, y sin perder de vista sus puntos débiles (vídeo, enfoque continuo y velocidad, principalmente), seguimos convencidos de que su equilibrio entre precio, calidad, diseño y gama óptica hacen de ella una opción muy interesante para los que quieren una cámara que, además de ser buena, sea bonita.
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